¿Platos ovalados o redondos?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los platos ovalados no son algo nuevo. Comenzaron a montarse en las primeras bicis en la década de los 90. La posición del óvalo en estos comienzos con respecto a los pedales no era la correcta y éso hizo que pasaran al olvido. Por este motivo, los amantes del ciclismo con cierta edad los pueden recordar como algo inservible, pero ahora no es así, se han corregido muchos detalles en su construcción y geometría y en principio son la mejor opción que puede ofrecer el mercado hoy en día. Pero, a pesar de todas sus ventajas también tiene algunos inconvenientes que debemos de tener en cuenta. Los especialistas afirman que sus beneficios se aprecian sobretodo en la bicicleta de montaña, y en menor medida en la de carretera.
Ventajas
- Varias medidas en una. Se puede decir que un plato ovalado de 30 dientes se convierte en uno de 28 subiendo y en uno de 34 bajando.
- Mayor optimización de la pedalada. Se estima que mejora el rendimiento de la bicicleta entre un 5 y un 6%.
- La potencia es transmitida de una manera más homogénea, venciendo más rápidamente el punto muerto de la pedalada que en los platos redondos. Ésto se traduce también en una menor pérdida de tracción.
- La cadencia del pedaleo se incrementa, tendencia por otra parte, muy aceptada actualmente en el ciclismo moderno para conseguir mayor rendimiento físico.
- La tensión articular y de las fibras musculares es menor, reduciendo entre un 6,5 y un 7,5% el pico máximo de presión sobre la rodilla.
- La capacidad de aceleración es mayor.
Desventajas
- El precio es superior.
- Se necesita un periodo de adaptación que algunos fabricantes estiman en 10 horas.
- No todo el mundo se adapta a ellos.
- Si finalmente lo consideras como la mejor opción y tienes más de una bicicleta, lo más indicado sería instalarlos en todas ellas.
- Nos obligan a ajustar nuestro OCP (Optimal Chainring Position). Tendremos que probar las diferentes posiciones de salida hasta comprobar cual es nuestro pedaleo más eficaz. En esta regulación hay bastantes diferencias entre unos fabricantes y otros, aunque todos ellos nos ofrecen diferentes posiciones para adaptarse a las características del ciclista.
- Si nuestra bicicleta es de doble plato, es probable que tengamos más problemas a la hora de cambiar, pudiendo incluso, salirse la cadena. Ésto nos obligaría a instalar una buena guía en el desviador con el lógico aumento de presupuesto.
Finalmente, hacer dos consideraciones:
- Los platos ovalados pueden mitigar dolencias de rodilla, aunque esto no signifique que sean la solución al origen del problema.
- Si optamos por un plato único ovalado, al igual que en un plato redondo, nos enfrentaremos a la dificultad de acertar en cuanto al número de dientes (28, 30, 32, 34 ó 36) que necesitemos en función de nuestra condición física. Para resolver ésto, aconsejamos mirar la tabla de equivalencias de desmultiplicación en la pedalada, o utilizar las aplicaciones específicas para este fin. De esta manera podremos comparar los desarrollos máximos y mínimos del monoplato, con los que hemos utilizado normalmente.